Frases de cabecera

-"Si no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido." Malcolm X.

junio 01, 2009

General Motors y el socialismo


Busqué en Clarín, pero no decía nada. Tal vez en La Nación, que siempre se preocupa por la autonomía del país, pero ni siquiera Joaquín Morales Solá se refería al tema. Puede que Alfredo Leuco en alguna de sus columnas en Perfil haya abordado el asunto, pero tampoco. Desesperanzado, traté de ver si en Crítica, a pesar de sus periodistas pero a favor de sus dueños aparecía alguna mención, alguna advertencia, un pequeño llamado a la conciencia de los argentinos. Nada, tampoco ellos.
Tomé una dosis extra de antiemético –no recuerdo si era Reliverán o algún genérico- y escuché el programa de Nelson Castro, con la esperanza de que entre reportaje y reportaje a Carrió, el jujeño Morales o el rabino Bergman, hablara del asunto, nos alertara. Pero, otra vez, nada. Por la mañana ya había resistido las náuseas mientras Magdalena hacía la promoción sojera –entre otras marcas y propagandas que suele mencionar al aire- con la esperanza de que ella si, mujer valiente y del palo, algo iba a decir. Nada, otra vez nada. Creí que tal vez Chiche Gelblung, con su habitual mordacidad y su poco cuidado por las formas iba a tomar el tema. Nuevamente, la frustración. Lo mismo me ocurrió cuando intenté averiguar qué pensaban los periodistas “progres”, porque, pensé, de todos modos el negocio no afecta a su sustento básico, el glifosato y la soja. Pero nada, tampoco se jugaron, ninguno hizo la denuncia.
Finalmente tomé la decisión y, desde este humilde blog resolví dar testimonio de un agravio que todos los medios han acallado pero que sin dudas está amenazando a la democracia y a toda la humanidad.
Vayamos a la mera descripción de los hechos: Primero el gobierno de George Bush dejó caer a la poderosa Lehman Brothers, cuyos economistas venían haciendo profundos análisis sobre los mercados del mundo. Luego estatizaron varios bancos y empresas, para lo cual destinaron cientos de miles de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses. La ola de estatizaciones avanzó hacia Europa, donde no sólo los gobiernos socialdemócratas sino hasta los más confiables, como el de Silvio Berlusconi en Italia o de Nicolás Zarkosi en Francia recurrieron a las inversiones estatales en más de un banco o empresa.
La ola estatista no cesó. Cuando el Citibank cayó en desgracia, otra vez el Estado de los Estados Unidos, ya bajo el gobierno de dudoso origen democrático de Barack Obama, puso todos los millones de dólares que hicieron falta para convertirlo en una especie de banco-soviet. ¡Qué horror!, nada menos que el Citi, después de todo el esfuerzo desinteresado que hicieron los medios y los economistas argentinos para que se les pagara la deuda.
Pero si algo faltaba para llegar al pico de la ola estatista-autoritaria-socialistoide del gobierno de Obama, ahora busca salvar la caída de General Motors, otra vez mediante una estatización.
Como ninguno de nuestros prohombres ni promujeres del periodismo argentino, herederos del cuño de otros próceres, como Bernardo Neustadt o Mariano Grondona, se atrevió a denunciarlo, vamos a hacerlo aquí: El socialismo chavista se apoderó de los Estados Unidos. El mundo, comenzando por la Argentina, está en peligro. Hagamos algo, antes de que sea tarde.
Después no digan que no les avisé.